
Su aspecto colorido es una auténtica delicia. La vista no se cansa y los efectos están bien conseguidos (luz, agua, fuego e incluso la oscuridad). Son dignos de mención los fondos, que están también muy cuidados y presentan un aspecto más maduro. Además, los movimientos son suaves y la ralentización es algo que el juego no entiende. Si bien el control es un poco tosco a veces por el mando, las órdenes las siguen al punto.
Por otro lado, las pantallas son un poco más largas que las de la DS y desde luego ofrecen mucha más dificultad. Cualquier despiste puede pagarse caro, incluso en las pantallas iniciales. A todo esto se suma el reto de salvar a los Toad cuando se juegue solo o la de sobrevivir en compañía de los amigos. La cantidad de enemigos que hay por pantalla a veces llega a dar miedo, por lo que cada partida se convierte en una bacanal de malos, de saltos descontrolados, risas, piques y miles de intentos falidos de controlar los movimientos y saltos. Novatos y veteranos las pasarán canutas para llegar al poste de fin de pantalla.

Y si no te parece suficiente que tengas nueve mundos por explorar y no te pareció un reto encontrar a los Toad perdidos y las tres monedas estrella en cada fase, prueba el modo libre a cuatro o el modo cazamonedas. Pero que no asuste tanta cantidad de cosas por hacer y probar a los nuevos jugadores porque Nintendo ha pensado también en ellos y ha incluido el modo superguía para ayudar a los que se traban en la partida. En ese modo, que se activa al perder varias veces en una misma pantalla, invocas a Luigi para que la haga por ti, aunque puedes tomar el control en cualquier momento ya que no verás un vídeo sino a la inteligencia artificial peleando en cada momento. Huelga mencionar que la gran gracia del juego es el modo multijugador (sin conexión a internet, eso sí), en el que cuatro colegas pueden ayudasrse y matarse entre sí. Cuidado con la cámara porque, aunque se expanda y decrezca como en el Super Smash Braso Brawl, puede matar a los más despistados.
Conclusión
No hay razón para no tener este juego en casa; es más, HAS de tener este juego en casa. Cada partida es una invitación a la locura, más si tienes a alguien en casa que juegue contigo. El aumento de dificultad, mejoría loable, sólo es otra razón más para seguir dándole a los botones. Lo mires por donde lo mires, es un imprescindible. Decir más sería repetirse.