Impresiones Silent Hill Homecoming

Vuelven la oscuridad, la niebla, el silencio, las pesadillas. Si parece que el nuevo Resident Evil 5 da un giro aún mayor hacia la acción, olvidando el ambiente opresor y de miedo de las primeras entregas, este Silent Hill Homecoming hace honor a su sobrenombre y supone una “vuelta a casa” total, manteniendo el espíritu de la primera entrega para PSX, hace ya 10 añitos.

Estamos ante un nuevo capítulo de uno de esos creadores del llamado Survival Horror, y sin duda ante un buen capítulo. Tanto si sois seguidores de la serie como si simplemente queréis adentraros en un mundo extraño y aterrador, esta es una buena opción de compra. Vamos a ver sus puntos positivos y negativos, que de todo hay.

¿Qué es para este jugópata un Survival Horror? Es adentrarse en solitario en un ambiente oscuro y opresor, con elementos extraños e inquietantes, con sustos por doquier en forma de bichos/zombies/fantasmas que salen de la oscuridad para intentar acabar contigo de un plumazo. Tu vida corre continuo peligro, y es sin duda tu bien mas preciado. Es fácil perderla y muy difícil alimentarla a base de botiquines, hierbajos o similares. Y un elemento casi siempre común a todos estos juegos desde mi punto de vista: Tienes una linterna. Casi lo único que ves es aquello que llegues a alumbrar con ella.

Silent Hill Homecoming cumple todos estos requisitos. Llevas una linterna y el resto del entorno apenas es visible en la mayor parte de las fases, lo cual al principio fastidia mucho pero es lo que tienen estas cosas. La sensación de claustrofobia, de no saber por donde te pueden venir los palos, es por tanto importante. Ya el primer Silent Hill hacía uso intensivo de la niebla. En aquel 1.999, cuando salió, se le acusó de usar en exceso esta niebla como recurso técnico para tener que dibujar menos elementos en pantalla y así disimular carencias de programación. Verdad o mentira, nunca se supo, pero es un recurso que siguen usando a mansalva en esta entrega cada vez que salimos al exterior. También es una forma de provocar esa ansiedad de no ver ni siquiera hacia donde caminas. En algunas fases interiores, si que ves más el entorno, reducido y claustrofóbico, iluminado por diferentes fuentes como lámparas, velas o “fuegos infernales”. De todas formas, la linterna tendrás que llevarla encendida prácticamente todo el tiempo para poder ver algo.

Respecto a la historia, eres Alex, un soldado que ha vuelto a su pueblo natal y se lo encuentra envuelto en la bruma y los zombies (cosa que por cierto no parece extrañarle demasiado). Tu hermano pequeño ha desaparecido y tienes que buscarlo. Y hasta aquí puedo leer. Esa es la premisa inicial del juego, que se verá salpicado por giros, más desapariciones, personajes inquietantes, pesadillas… Todo el juego es muy surrealista. Tanto gráficamente como la trama parece no tener sentido, mezclándose escenas de pesadilla con cosas de apariencia real, pero siempre con un look algo inquietante que te hace estar un poco mosca. La historia sin duda puede atraparte si te gusta dejarte llevar por algo sin mucho sentido en principio para ver como al final se encajan las piezas, si es que se encajan.

La esencia jugable de Silent Hill es la de una aventura del corte mas clásico posible. Tienes que resolver algunos puzles y acertijos (no demasiados, aunque algunos te obligarán incluso a pensar), buscar elementos como llaves que te permitan entrar a determinadas habitaciones y conversar con la gente, aunque no demasiado y no influirán demasiado en lo que suceda en el juego salvo en un par de ocasiones, que además afectarán al final que veréis al terminar el juego, habiendo 5 posibles finales según estas decisiones, pero no alterarán el resto del desarrollo de la aventura. Entre puzzle y puzzle, algo de exploración y algunos enemigos bastante torpes, que todo hay que decirlo. A excepción de algunos algo más duros de liquidar y de los jefes finales, prácticamente los puedes liquidar a todos con unos combos del cuchillo que te dan al principio. Dada la escasez de munición para las armas presente en el juego, mas vale que ahorréis la poca que encontréis para los enfrentamientos con los jefes finales. Al resto, una vez cogido el tempo para realizar los combos, basta con repetir la misma secuencia de botones una y otra vez hasta que caigan los malos en cuestión. Por cierto, tampoco hay muchos malos que digamos. Creo que 4 o 5 a lo sumo sin contar los jefes finales.

Gráficamente el juego cumple, pero no es la octava maravilla del mundo. No es ninguna delicia verlo y a veces creí estar jugando en mi difunta PS2. Pese a ser poco lo que se ve en pantalla, las texturas no están especialmente cuidadas y se ven pixels y baja definición por todas partes. La física de los elementos es simplemente correcta pero lo peor son los Jefes Finales, que hay algunos. Masacotes poligonales y bastante cuadrados, no se sabe si dan mas miedo por ser feos y grandes o por lo mal hechos que están, que es que llegan a asustar. Poco más destacable en el apartado técnico. En inglés, con subtítulos en castellano, con un reparto de voces correcto y un sonido que general inquietante, con algunas músicas especialmente destacables. En cuanto al control, no hay nada especial en el. La cámara la puedes mover a tu alrededor sin problema, lo cual es una alegría para evitar destrozos como el del Alone in the Dark, que no paraba de marearte intentando siempre buscar el peor punto de vista posible. Pocos controles que utilizar, ya que básicamente es una aventura de las que manejábamos con el ratón en el PC. Algún evento QTE por ahí suelto y listo. Tampoco necesita complicarnos mas las vida.

Poco más que decir sobre esta vuelta a Silent Hill. Es lo que empiezo a llamar un juego de “usar y tirar”. Alquilarlo un fin de semana, pasar las 10 horas aproximadamente que dura la historia y devolverlo. No aporta nada en cuanto a rejugabilidad a no ser que queráis buscar todos los elementos coleccionables, como dibujos y pistolas de suero (botiquines grandes). A mi no es una cosa que me atraiga. He pasado un buen rato con esta aventura, ha llegado a hacerme pasar algún mal momento y me he enganchado a la historia.

También he de reconocer que hay dos elementos que particularmente me crean inquietud en cuanto a las historias de terror, ya sean libros, películas o juegos, como es este caso. A saber: Los payasos y los niños. Y en este juego hay un niño raro, que no habla casi y con una cara de muerto que asusta a cualquiera. Y esto, quiera que no, es un punto a favor a nivel personal para que me haya gustado el juego.
/*Analytics*/